martes, 30 de mayo de 2017






Casa particular de la familia Bringas, más tarde casa de vecinos y encajería, colegio y, en la actualidad, Universidad Popular, centro de formación sociocultural municipal desde el año 1984. Antes, mucho antes, Palacio de los Fúcares, cuya principal función fue la de almacenar el mercurio procedente de las minas de Almadén, donde quedaban guardadas bajo el arrendamiento del emperador Carlos V. Y después, mucho después, años de amor y de luz, como si desde entonces se te estuviera esperando, mujer de los ojos verdes apareciste de pronto, como distraída, y atravesaste esta puerta. Era una tarde fresca, tú habías conducido, aunque no muchos kilómetros, sí los suficientes como para demostrarme que por algo lo hacías. Yo presentaba mi poemario y ya me querías, ya me querías.
Y aquí el ¿adiós?: Cuando una puerta se cierra, cuántas se abren. Recuerda utilizar la misma puerta por la que entran los proyectos y las ilusiones nuevas, para abandonarlos. Escribir la carta de la despedida, no sepas para qué: cierra los ojos, pero no llores en la cama o por la mañana todo será mareo y grito, nudo en la garganta. Escribe un cuento, o dilo para que alguien lo escriba. A mamá di que lo sientes, a tus abuelos que tal vez ya nunca la conocerán. Di que la quieres pero nunca, nunca, nunca vuelvas a decir su nombre. No profundices demasiado en la escalera, ni en el jarrón con flores, ni en aquella maquinita musical de manivela. Y, sobretodo, no pierdas de vista a la esperanza, porque si la quieres la esperas, y si la esperas, tal vez ella también te quiera. Y no, por / favor, no me digas adiós / doloroso como poema.