sábado, 17 de diciembre de 2016





San Miguel de Allende, México. Parece estar ahí para el disfrute de nuestros ojos, como los niños. Intentar adivinar si alguien permanece aún al otro lado es un capricho mío, pero mirando esta puerta no es difícil pensar que el arte inmortaliza al artista. Despreocúpate, lector.